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UC - Críticas

País: Australia.

Año: 2014.

Duración: 94 min.

Género: Terror.

 

Dirección y guion: Jennifer Kent.

Producción: Kristina Ceyton y Kristian Moliere.

Música: Jed Kurzel.

Fotografía: Radoslaw Ladczuk.

Montaje: Simon Njoo.

Diseño de producción: Alex Holmes.

Vestuario: Heather Wallace.

Distribuidora: eOne Films Spain.

 

Estreno en España: 16 Enero 2015.

Calificación por edades: No recomendada para menores de 16 años.

Interpretación: Essie Davis (Amelia), Noah Wiseman (Samuel), Daniel Henshall (Robbie), Hayley McElhinney (Claire).

 

MAMÁ, HAY UN MONSTRUO EN LA HABITACIÓN


Interesante película de horror que sabe jugar con lo sugerido y lo subrayado poniendo frente a frente a dos personajes perturbadores: madre e hijo, a cada cual más desasosegante. La buena mano con la que se manejan estos roles autofagocitantes mientras les sobrevuela el eterno monstruo de debajo de la cama (aquí llamado Babadook) hace de ésta una película inusualmente interesante, inquietante en sus mejores momentos pero deshilachada en los más vagos, ya que es en estos donde pierde fuelle al no forzar la tuerca hasta dejarla loca y perder todos los tornillos, como pedía su potencial.




SINOPSIS: Samuel es un niño de seis años un tanto especial que asegura que un monstruo vive en su armario. Para tranquilizarle, su madre Amelia (Essie Davis) le lee un cuento cada noche, hasta que un día eligen como lectura un raro ejemplar llamado ‘The babadook’. En cuanto lee la primera frase Amelia se percata de que no es un cuento al uso, y poco a poco empezará a pensar que esa extraña presencia es algo más que la mera imaginación de un niño.


 

Es habitual en el género de terror encontrarse con ese tandem dependiente de fuerza malsana compuesto por madre e hijo. La lista sería inabarcable empezando, obviamente, por ‘Psicosis’ (Alfred Hitchcock, 1960), continuando por los senderos más hemofílicos como ‘Viernes 13’o ‘El día de la madre’, y pasando por facturas más snob como ‘La profecía’ o ‘Rosemary’s baby’. Pero de un modo u otro, al final, la demoníaca balanza acababa siempre cediendo hacia un lado u otro. Quizá sea este el secreto de la australiana ‘The babadook’, una de las grandes sorpresas del cine de horror en 2014. Su dicotomía madre-hijo se plantea inusualmente desasosegante desde el principio, obligando al espectador a estar en guardia sin saber quién es o será realmente la víctima de la locura que sabemos se va a desatar de un momento a otro.



El problema es que esa locura, esa orgía de sangre y truculencia, nunca llega a producirse. O al menos no de la manera que nos han estado sosteniendo como cuerda de violín a punto del estrangulamiento. Y la aparición de ese aterrador libro infantil que devora la pantalla y, es más, continúa corrompiendo los mismísimos cimientos del cine (gracias a esas imágenes cuasisubliminales sobre sus orígenes con el monstruo del armario rondando a Méliès) sube tanto el listón de una pesadilla ya tan hermosa en su fase rem que a la postre sólo queda despertarse. Eso sí, levantarse de la cama no implica que el Babadook no siga debajo.




UC (Manu Cabrera).

TRAILER